sábado, 14 de marzo de 2009

Sello Spin-Off


El jueves tuvimos nuestra primera presentación de empresa. El motivo: conseguir el sello spin-off de la Universidad de Zaragoza. El resultado: ¡Conseguido!
Lo cierto es que cuando se trata de resumir un proyecto empresarial de 100 páginas la cosa no es tan trivial. Además todavía es más difícil cuando tienes el síndrome del emprendedor, es decir, cuando tu proyecto se ha convertido en algo así como un hijo y no quieres dejar de contar ninguno de los detalles que lo hacen maravilloso.
Pero una vez más, y tal como comentaba en el anterior post, lo que para ti puede ser interesantísimo, para los demás puede no serlo, así que hay que hacer el esfuerzo de seleccionar aquello que crees que es más importante y utilizar, tal como nos contaba Manuel Campo Vidal en el curso de comunicación: la pirámide de comunicación invertida. Básicamente:
1. Ve al grano y cuenta primero lo que es más importante.
2. Empieza a dar información adicional de más a menos importante.
3. Si tienes tiempo, repite el proceso pero al revés, de forma que termines recalcando aquello que es más importante.
Además, si unes esto con la regla 10-20-30 de Power-Point de Guy Kawasaki (10 diapositivas - 20 minutos - letra fuente de 30 puntos) es posible que consigas que la presentación resulte interesante y que los que te escuchen no tengan la sensación de estar perdiendo el tiempo.

martes, 10 de marzo de 2009

Hablando con periodistas


El lunes asistí a un curso de comunicación empresarial impartido, entre otros, por Manuel Campo Vidal. El curso era parte de los premios obtenidos por participar en el programa Generación XXI y en la primera parte, nos enseñaron buenas maneras para tratar con la prensa. La opinión general entre los asistentes es que el periodista tiende a poner lo que más puede llamar la atención del público, sin importarle sacar de contexto alguna frase dicha por el incauto entrevistado. La periodista que nos daba esa parte del curso nos confirmó que así era, lo cual, es del todo lógico...Me explico: no siempre lo que para nosotros es importante (y por extensión interesante para nosotros), es interesante para los demás. Así que, tratándose de un negocio, al periodista lo que le interesa es que se lean sus artículos y por lo tanto, no debemos esperar que nos publiquen lo interesantísimo que es el conocimiento de las ondas cerebrales como titular sino más bien un "Que no nos vean como bichos raros" :)

Tengo que decir que en mi caso me pareció perfecto el título. Siempre he sido partidaria de esa frase: creo que es fundamental que la gente empiece a ver a los científicos (y en particular a las mujeres en campos tecnológicos) como la cosa más normal del mundo... Bueno, ¡esa reflexión la dejaré para más adelante!

Quizá lo más útil que aprendí de esa primera parte del curso fue lo siguiente: Cuando hables con un periodista, sé consciente de lo que acabo de comentar, es decir, resalta lo que consideres importante y no digas frases que no quieras que saquen de contexto.

domingo, 1 de marzo de 2009

¿Somos capaces de leer los pensamientos a partir de las señales cerebrales?

Hace unos días estuvimos discutiendo en el blog de Antonio Novo sobre la posibilidad de que, cuando la tecnología BCI avance, unos grandes almacenes puedan detectar nuestras señales cerebrales y que puedan utilizarlas para ofrecernos los artículos que más puedan interesarnos. En el fondo de la cuestión está el determinar si a partir de las señales cerebrales somos capaces de leer los pensamientos. La respuesta es NO.

Lo primero que hay que decir sobre esto es que los patrones de actividad cerebrales son extremadamente complejos. Esto se debe a que esta actividad es generada por millones de neuronas a la vez y a día de hoy, leer e interpretar lo que esta ocurriendo en cada una de esas neuronas queda fuera del alcance de cualquier tecnología actual. Además, aunque tuviéramos dicha información, decodificar toda esa actividad y convertirla en una interpretación de pensamientos es algo que probablemente nunca llegue a suceder.

Por otro lado, sí son posibles algunas interpretaciones más simples. Por ejemplo, tal como hemos comentado en entradas anteriores, está demostrado que cuando una persona está esperando algún evento y éste tiene lugar, en su cerebro se produce una señal reconocible (señal P300), otros ejemplos bien estudiados son las ondas theta y beta, asociadas a la atención. Sin embargo, dado que cada individuo tiene unas señales cerebrales únicas es imprescindible su colaboración para que un ordenador sea capaz de “aprender” que forma tiene cada una de estas señales.

Volviendo al caso de los grandes almacenes, Antonio argumentaba que quizá podría llegar el día en que unos grandes almacenes promocionaran un juego controlado por la mente y nosotros accediéramos a probarlo, dejando de este modo que el ordenador del centro comercial aprendiera nuestras señales cerebrales. ¿Se podría entonces utilizar esta información para manipularnos? La respuesta desde mi punto de vista vuelve a ser NO. Aunque estoy convencida de que en pocos años utilizaremos juegos controlados por el pensamiento, su funcionamiento dependerá de respuestas cerebrales de los usuarios ante estímulos supuestamente producidos por el juego (entorno delimitado). Si esta información se intentara utilizar en un entorno rodeado de miles de estímulos, lo máximo que podría hacer el ordenador sería detectar que hay algo que altera al cliente (y seguramente se podría detectar que tipo de alteración es: disgusto, atención, interés, ocurrencia de algún evento esperado…) pero sin embargo no sería capaz de saber qué es exactamente lo que produce esa señal. Por poner un ejemplo, quizá conociendo las señales cerebrales de una persona podríamos saber que hay algo que le produce satisfacción, pero ese algo podrían ser cosas tan dispares como la vista de algún producto, la visión de un amigo, que suene una canción que le guste, que en ese determinado momento este recordando algo que le resulte satisfactorio, un olor que le resulte agradable…

Así que, desde mi punto de vista, o el usuario colabora activamente con el ordenador para que el control mental se produzca en un entorno perfectamente delimitado o la información de las ondas cerebrales es demasiado general y compleja de descifrar como para que se pueda hacer uso de ella de forma directa.