Una de las aplicaciones más interesantes que puede tener la tecnología BCI en un futuro (lejano) es una aplicación en biometría. La biometría es el estudio de métodos automáticos para el reconocimiento único de humanos basados en uno o más rasgos conductuales o físicos intrínsecos. En un contexto informático, esto se realiza mediante la aplicación de técnicas matemáticas y estadísticas sobre los rasgos físicos o de conducta de un individuo y nos sirve para verificar identidades o para identificar individuos. Dentro de los rasgos o características que se estudian, están los rasgos físicos (las huellas dactilares, las retinas, el iris, los patrones faciales, de venas de la mano o la geometría de la palma de la mano) y las características de comportamiento (la firma o el paso). Los desarrollos en tecnología video digital, infrarrojos, rayos X, tecnologías inalámbricas, ADN, etc. dotan al sistema con nuevos métodos para buscar e investigar grandes bases de datos individuales y colectivas de información sobre la población en general, de manera que podamos extraer nuevas caractéristicas en las que basar la biometría. Y... una de estas nuevas tecnologías es la identificación y uso de las ondas cerebrales por medio de la tecnología BCI para reconocimiento único de rasgos humanos (autentificación humana).
La autentificación humana es algo que utilizamos diariamente para acceder por ejemplo a información almacenada privada. Un ejemplo típico son las contraseñas con las que protegemos nuestro ordenador, nuestro correo electrónico, nuestra cuenta bancaria... También estamos acostumbrados a ver en las películas (y cada vez más en la vida real) la autentificación mediante la huella dactilar o el iris ocular por ejemplo). Pero como hemos comentado, existen otros metodos de autentificación más sofisticados y recientemente se ha comenzado a explorar la tecnología BCI para autentificación mediante un conjunto de pensamientos, es decir: tu contraseña personal es uno de tus pensamientos (ver aquí)
La idea sería crear máquinas cuyo password sea un pensamiento en especial. El concepto tiene mucho sentido dado que, como la actividad de EEG que se genera es distinta para cada persona, este password incluso se puede compartir. Un ejemplo: mi password es pensar en la plaza del Pilar. Aunque yo publicara este password en internet, aunque publicara junto a él una foto de la plaza del Pilar, aunque diera todas las explicaciones sobre como es ese pensamiento... ¡nadie generaría la misma actividad cerebral que yo cuando pensara en la plaza del Pilar! Por lo tanto, sería un password tremendamente seguro.
Sin embargo, la tecnología BCI también podría utilizarse de otro modo para conseguir la tan desada autentificación segura. La idea es captar la señal cerebral en situación de reposo (ver más aquí) y compararla con una base de datos con señales cerebrales también en reposo. Tal como cita el Science Daily, mientras que las caras y las huellas pueden copiarse, la señal cerebral tiene la característica de que es muy insensible a las copias.
Quien sabe... quizá en un futuro dejemos de preocuparnos por memorizar un montón de números y letras sin sentido y únicamente tengamos que pensar en algo o relajarnos un poco para abrir nuestro correo electrónico :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario